Tenacidad de una pareja de Wimauma lleva a progreso familiar y comunitario

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A Reyna y José Rocha nunca se les ha cerrado el mundo. Ni siquiera hace 25 años cuando llegaron a Florida con 12 hijos después de intensas horas de trabajo en el campo pizcando cerezas y arándanos en Michigan. En 1985, hicieron de Wimauma su casa, cargados de esperanzas, armados con la determinación de forjar una nueva vida para ellos en lo que parecía ser un terreno desolado.

La pareja estaba acostumbrada al trabajo duro y a difíciles circunstancias, así que hicieron a un lado sus miedos y se lanzaron en busca de construir algo propio y sustentable. En 1993, los Rocha hicieron el pacto tácito de su vida y lanzaron su propio negocio.

“Empezamos en esa esquina en un "puestecito" con una caja de tomate, una de chile y una de cebolla”, comenta orgullosa Reyna Rocha, de 75 años, mientras señala la esquina en carretera estatal 674 y la calle West Lake.

Los Rocha querían estabilidad para su familia; querían dar educación a todos sus hijos, dijo la Sra. Rocha. “Nuestro motivo principal fueron nuestros hijos. Queríamos darles educación y enseñarles que si se le ponen empeño y dedicación a algo, el resultado tiene que ser positivo”, dijo.

“Vimos que no había nada para los trabajadores del campo que como nosotros venían a trabajar a Wimauma y decidimos vender frutas y verduras para que la gente no tuviera que manejar lejísimos para hacer sus compras. Trabajamos largas horas, pero valió la pena”, comentó orgullosa.

Así se embarcaron en un esfuerzo común para iniciar lo que ahora es conocido como La Frutería o El Cuatro Vientos, un supermercado con una variedad extensiva de productos mexicanos desde molcajetes hasta piñatas, hojas de maíz para tamales, tortillas, chiles secos y nopales. El supermercado, oficialmente registrado como Jose’s Market, Inc., ubicado en 5151 State Road 674, es conocido desde hace una década como el lugar para comprar carnitas de puerco y chicharrones.

Reyna, mantiene una sonrisa a flor de piel y da la bienvenida a cada uno de sus clientes. Su esposo José, de 82 años, no está a la vista, seguramente está preparando las carnitas para el fin de semana. Ambos mantienen el compromiso de responder a las necesidades de la comunidad por medio de su negocio, responsabilidad que asumieron décadas atrás cuando se mudaron a Wimauma, especialmente después de ver el fruto de sus esfuerzos coronado con el progreso de sus hijos.

En el 2006, vieron a su hija más joven, Griselda Rocha, de 35 años graduarse con una licenciatura en criminología y más tarde, en el 2012, con una maestría en rehabilitación y salud mental de la Universidad del Sur de Florida. La más joven de los Rocha es consejera de salud mental en Plant City y asegura que sus logros, los de sus padres y de su familia no son producto de la casualidad, sino del trabajo y la tenacidad de sus padres, la pareja de inmigrantes mexicanos trabajadores del campo que vieron la adversidad como una oportunidad.

“Yo estoy muy agradecida por que mis papás me dieron la oportunidad de estudiar. Soy la primera de una familia de 12 hijos en lograr una carrera universitaria y estoy muy orgullosa, pero también estoy muy orgullosa de mis hermanos, porque a pesar de que no pudieron terminar sus estudios porque tenían que trabajar, aprendieron a ser productivos y a como manejar sus propios negocios”, comentó Griselda.

Griselda llegó a Wimauma cuando tenía cuatro años después de vivir un año en Ruskin. En ese sitio vio prosperar el negocio de sus padres, en un espacio que no ha cambiado en las últimas tres décadas.

Servicios rezagados

A pesar de que la población de Wimauma ha crecido, parece que se quedó estacionada en el tiempo. Datos del Censo de los Estados Unidos indican que la población en Wimauma creció un 33 por ciento del 2000 al 2010, de 4,246 habitantes a 6,373.

“Wimauma ha crecido en población, pero es un lugar que se mantiene como paralizado en el tiempo. Hay una desproporción aguda entre la población y los servicios disponibles para la comunidad”, apuntó Griselda.

“La demografía ha cambiado y a la población latina que antes era eminentemente mexicana, ahora se han sumado centroamericanos, explicó Griselda. A los trabajos del campo también se han sumado trabajos en construcción, pero los servicios siguen igual”, dijo.

Aquí hace falta más atención, se requieren parques, semáforos, cruces peatonales, actividades para después de la escuela y bibliotecas que aunque algunos de estos servicios existen en los alrededores de Wimauma como en Ruskin, no existen justo en Wimauma, enfatizó la entrevistada.

Oficiales del condado de Hillsborough no pudieron ser contactados antes del cierre de edición. Sin embargo, la Comisión del Planeación del condado de Hillsborough iniciaron un plan de desarrollo para Wimauma en el 2007. El plan incluye desarrollos comerciales así como ampliaciones de calles y conectores de carreteras en Wimauma. Más información en el Website http://www.planhillsborough.org/ wimauma-village-plan/.

Reyna Rocha está de acuerdo. “Nuestro negocio ha progresado pero los servicios en Wimauma se mantienen igual. Por ejemplo, ahí en la esquina 674 y West Lake se requiere un semáforo desde siempre. Los accidentes están a la orden del día, es una esquina peligrosa y necesitamos que las autoridades volteen hacia Wimauma y pongan esa luz para evitar desgracias”.
El incremento de tráfico diario en la carretera estatal 674 y la West Lake Dr. ha sido abordado por autoridades de tránsito.

De acuerdo a un estudio del Departamento de Transporte en 2009, el tráfico diario de Wimauma que pasa por la carretera estatal 674 en las 2.4 millas entre la carretera US 301 y la carretera estatal 579 está entre 8,600-12,200 automóviles en la parte este de la carretera 301, excediendo la capacidad de la vía.

El estudio estima que para el 2030 el tráfico diario de Wimauma aumentará en un 106 por ciento a cerca de 17,800-41,700 vehículos en el mismo tramo. El estudio también concluye que el incremento de tráfico podría ser el responsable por el aumento de accidentes reportados en ese tramo.
Pero a pesar de las deficiencias en servicios en su comunidad, el compromiso de los Rocha y su familia por quedarse en

Wimauma y servir a sus habitantes, se mantiene fuerte. “Gracias a este negocio sacamos adelante a la familia y fomentamos el espíritu emprendedor en nuestros hijos”, comentó la Sra. Rocha.

Familia de emprendedores, educadores, trabajadores incansables

Francisco, de 55 años, uno de sus 12 hijos, es propietario de la Taquería Guanajuato ubicada justamente enseguida de la frutería y del restaurante Don Julio’s Cockteles Mexican Food y Taquería, ubicado en 5222 State Road 674, cuya propiedad comparte con su hermano Jaime, de 48 años.

Griselda, comparte la lista de sus hermanos y el campo en que trabajan. “Todos mis hermanos tienen negocios gracias al apoyo de nuestros padres. Pedro, de 59 años, tiene un negocio de techos, y Ruperto, de la misma edad, de carpintería; Manuel, de 57, tiene una taquería en Brandon; Luis y María, de 52 años, trabajan en el campo de la administración; Nicolás, de 53, en el campo de la construcción; Estela, de 45 años, estudia una licenciatura en el ramo de la salud; Raúl de 41, es mecánico y también ayuda en las carnitas de puerco los sábados y domingos; Armando, de 38 años se dedica a la docencia, pero también hace las carnitas el fin de semana”.

Los esfuerzos de la familia Rocha que ha servido a Wimauma por casi tres décadas no pasa desapercibido. Clientes de Jose’s Market expresan su gratitud por el supermercado en las redes sociales. Silvia Valdovinos, por ejemplo escribió en Facebook que en la frutería se venden “las mejores carnitas”. Otra clienta, Karla Polanco Shuman agradeció al supermercado, también en Facebook, por hacer “deliciosas carnitas”. Y Tomás Hernández Rodríguez, de 67 años, quien vive en Wimauma desde hace 32, dijo que el súper de José sigue siendo una opción para los habitantes de Wimauma, especialmente por la venta de “carnitas”.

Mientras tanto, Griselda sabe que su padre José se asegura de que sus dos hijos Raúl y Armando “aprendan bien el arte de hacer carnitas para mantener felices a las familias de Wimauma. Por si acaso, pronto decide retirarse”.

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Imelda Dutton, a native of the northern Mexican state of Chihuahua, is a bilingual journalist with extensive expertise in Spanish communications. For more than two decades, she reported on Latin American issues for Mexican and American media, including El Universal de Mexico. She has also written for and edited Spanish and English publications, including Visión Latina, formerly a weekly publication of The Ledger and The New York Times, and Ágora, a bilingual quarterly military magazine published by U.S. Northern Command. For the past decade she has been a strategic communications consultant for international companies, such as Booz Allen Hamilton and Jacobs Technology; and in 2014, she founded CrossoverComm Inc., her own content development and communications agency. Dutton is currently the Tampa Bay area correspondent for El Sentinel newspaper and enjoys looking for ways to promote diversity and cultural awareness among Americans.